Hace un par de días comencé una serie sobre el Río Tinto, creo que hasta la fecha no había publicado nada más allá de alguna foto suelta. Pero coincidiendo que hace un año de mi ultima visita he decidido dedicar una serie de fotos del lugar.
Intento mostrar diferentes algunas de las diferentes posibilidades que puede ofrecer este sitio. Aunque con 3 fotos no son suficientes para la cantidad de recursos que ofrece este singular lugar.
Cuando viajas al Río tinto no es recomendable ir pensando en uno o dos recursos en los que trabajar. Lo mejor es ir con la mente abierta con la mayor cantidad de recursos fotográficos en mente. El Río Tinto es caprichoso y nunca sabes que te puedes encontrar. Puedes ir pensando en trabajar con el barro cuarteado, pero puede que una crecida de río reciente te complique la tarea. Puedes ir pensando en trabajar reflejos y el poco cauce del río y el viento te lo impidan.
Es bueno ir con una serie de recursos en mente, pero una vez en el sitio lo mejor es ir estudiando las posibilidades y aprovechar lo que te ofrece el Tinto. Esa es una de las magias que ofrece el Tinto, ademas de sus colores.
A pesar de mis visitas no he llegado a encontrar una buena cantidad de barros cuarteados, pero me ha ofrecido otras opciones fotográficas que me han hecho viajar a un mundo imaginario.